De repente uno se da cuenta que el reloj no cesa en su desdicha y no deja de dar vueltas marcando el tempo. Los días pasan.... sin más, con ardor de cuello y el alma vacía. Noches llenas de buenas intenciones y días amargos de insatisfacción. Las olas rompen y claman por ser escuchadas, pero se pierden en el aire, el viento se las lleva hacia otro lugar, quizás alguien las esté esperando.
El cielo está medio cubierto, pero los rayos de sol de un nuevo día llegan a mi y me arrastran en su camino. Nos acercamos a la orilla del mar, el agua enfría mi mente. Se abre por fin la puerta a lo profundo. Suerte que deje unas semillas de esperanza, como no, las voy a plantar hoy mismo en mi jardín. Las semillas guardan siempre una flor para mi, ya me las han regalado otras veces y siempre huelen bien.
Sigo el camino, verde. A cado paso el reloj se hace pequeño, ya no cuenta el tiempo, son los pasos los que marcan el ritmo, y acaba por desaparecer. Reparto flores a quien me encuentro y mi jardín crece.
A la noche estoy sentado ante ellas, las olas, sentado en un banco viendolas des de lo alto y escuchandolas desde lo más profundo. Y estoy contento, mis ojos, mi piel, mi pelo,.. todo yo brillo con otra intensidad, mi sonrisa es de miel y mis manos hablan. Todo tiene otro sabor.
Hay distintos tipos de giros, hacia la izquierda, a la derecha, cerrados, abiertos, ... sin duda todos significan algo.
Me resulta fascinante el baiven de las cosas, entre ellas la energía. Es probable que en cada lugar residan diferentes intensidades de energía postivia y negativa, pero estoy seguro de que nuestra capacidad de captar una u otra es también trascendental a la hora seguir una tendencia. Elegimos una y la seguimos, nos aferramos a ella y todo se torna en esa línia, se contagia. Cuanto más unidos, más dificil se nos hace captar la opuesta y nos da la sensación de que nos alejamos cada vez más de ella. La verdad es que no está tan lejos, está al lado de la otra. Pero para verla no solo hay que querer verla, sino que hay que sentir que quieres verla. Cuando lo sientes te das cuenta de que está allí, que nunca se ha ido y que está esperando a que alguien la siga.
El cielo está medio cubierto, pero los rayos de sol de un nuevo día llegan a mi y me arrastran en su camino. Nos acercamos a la orilla del mar, el agua enfría mi mente. Se abre por fin la puerta a lo profundo. Suerte que deje unas semillas de esperanza, como no, las voy a plantar hoy mismo en mi jardín. Las semillas guardan siempre una flor para mi, ya me las han regalado otras veces y siempre huelen bien.
Sigo el camino, verde. A cado paso el reloj se hace pequeño, ya no cuenta el tiempo, son los pasos los que marcan el ritmo, y acaba por desaparecer. Reparto flores a quien me encuentro y mi jardín crece.
A la noche estoy sentado ante ellas, las olas, sentado en un banco viendolas des de lo alto y escuchandolas desde lo más profundo. Y estoy contento, mis ojos, mi piel, mi pelo,.. todo yo brillo con otra intensidad, mi sonrisa es de miel y mis manos hablan. Todo tiene otro sabor.
Hay distintos tipos de giros, hacia la izquierda, a la derecha, cerrados, abiertos, ... sin duda todos significan algo.
Me resulta fascinante el baiven de las cosas, entre ellas la energía. Es probable que en cada lugar residan diferentes intensidades de energía postivia y negativa, pero estoy seguro de que nuestra capacidad de captar una u otra es también trascendental a la hora seguir una tendencia. Elegimos una y la seguimos, nos aferramos a ella y todo se torna en esa línia, se contagia. Cuanto más unidos, más dificil se nos hace captar la opuesta y nos da la sensación de que nos alejamos cada vez más de ella. La verdad es que no está tan lejos, está al lado de la otra. Pero para verla no solo hay que querer verla, sino que hay que sentir que quieres verla. Cuando lo sientes te das cuenta de que está allí, que nunca se ha ido y que está esperando a que alguien la siga.
Parece fácil y lo es, lo único que si nos dejamos llevar mucho por una corriente negativa nos parece algo imposible de conseguir. El tema es ejercitar el lado positivo de nuestra propia energía, entrenarlo y transmitirlo para ampliar esta tendencia, es lo mínimo que podemos hacer para los demás y el todo para nosotros mismos.
A mi no se si es que no me lo enseñaron o es que no estaba preparado para entenderlo esto de la energía y me cuesta en según que momentos, de discernir en que tendencia estoy o no encuentro la cantidad suficiente de positiva como para echar el freno y darle la vuelta al asunto. Así que si alguna vez me ves nadando a contracorriente, por favor, tenme la mano y ayudame a salir.
Pd.: en recuerdo para Adela, mucha suerte con tu proyecto. Conocerte fue la culminación de un día mágico.
A mi no se si es que no me lo enseñaron o es que no estaba preparado para entenderlo esto de la energía y me cuesta en según que momentos, de discernir en que tendencia estoy o no encuentro la cantidad suficiente de positiva como para echar el freno y darle la vuelta al asunto. Así que si alguna vez me ves nadando a contracorriente, por favor, tenme la mano y ayudame a salir.
Pd.: en recuerdo para Adela, mucha suerte con tu proyecto. Conocerte fue la culminación de un día mágico.
Foto: Botella en la corriente, en algún lugar del nordeste de Francia, Septiembre 2005.
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