... y además, ¡llueve!
El día no ha sido malo, al contrario, me he divertido y lo he pasado bien, he aprendido cosas y he conocido a gente maja; y como no, como viene siendo habitual en estos últimos tiempos, he encontrado otra señal. Una más. Otra que dibuja una pequeña parte de mi hoja de ruta.
Se confronta el deseo y el destino. Un deseo fuerte y grande que intenta entrelazar algunas de estas señales, muchas menos de las que el destino es capaz de deparar me. Pocas veces, tanta lucidez me ha guiado en el camino de forma tan sobria, así que ante la evidencia nada es necesario sopesar.
Que llueva, que nunca deje de hacerlo, que estas nubes no esconden más que grandes claros, una gran y potente luz.
Foto: Tenerife (Junio 2008)
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