15 de abril de 2009








CAMINANDO HACIA LA ESENCIA

¿Que es la vida espiritual?

Una vida espiritual es vivir el espíritu que ya eres, la esencia que ya eres. Entonces, ¿Qué es lo que hay que alcanzar? Lo que hay que alcanzar es el espíritu que eres. No hay otra meta posible. Todo lo demás son vías para alcanzar esto. La dificultad en alcanzar el espíritu que ya eres estriba en que no sabes como es este espíritu, esta esencia. Así cómo alcanzar algo que no conoces o no sabes cómo es? En realidad no sabes ni siquiera si existe. En este orden de cosas, los maestros del Cuarto Camino idearon un camino inteligente: apartar todo lo que ciertamente no es la esencia. Pero, ¿qué no es la esencia?

Debes comenzar primero en tu cuerpo, para más tarde hacerlo también con tus emociones y tus pensamientos. Aprender a ser el amo de todo ello. Así debes observar lo que no es espíritu, o por lo menos dominar todo eso que te hace ser un vagabundo alrededor del sufrimiento, de lo que te enferma, de lo que te produce infelicidad, a ti y a los que te rodean. Este es un objetivo interesante y simple. No es necesario inventar grandes objetivos allá a lo lejos. Es suficiente comenzar con una realidad simple: quiero alcanzar el espíritu, quiero vivir mi esencia. Podemos tener muchas ideas acerca de lo que es el espíritu. ¿Qué podría ser el espíritu? Podría ser algo así como el amor, la la confianza, la gratitud, el coraje...


¿Tienes siempre amor, gratitud, confianza, coraje, fe?
Si no es así, significa que estás impedido por algo, impedido quizás por tus pensamientos, por tus emociones, por tus rasgos personales habituales. El objetivo es liberarse de todo eso que te impide ser el espíritu que ya eres, o en cualquier caso, de entrar en relación en contacto con él.

La meta nunca es algo fuera de ti. Fuera de ti están los métodos, las vías. Dentro de ti está la meta, el objetivo. Así que la cuestión es: ¿Qué ser? ¿Quién ser? Y no qué hacer. El hacer es simplemente la vida, ello viene. La mayoría de las personas están envueltas en el "hacer", también porque desde la niñez han aprendido a estar haciendo siempre algo. El hacer está ahí, de todas formas, y de acuerdo a tu tipología, haces más o haces menos. Esto no es muy importante. Esta es la vía que puedes utilizar para "ser" más. Entonces puedes mirar: ¿Cómo estás haciendo? ¿Con amor o con egocentrismo? ¿Con gratitud o con codicia? ¿Con coraje o con miedo? ¿Qué se está nutriendo en ti con tu hacer, con tu acción? ¿Quién eres tú en tu hacer? ¿En qué te estás convirtiendo con tu hacer? Si quieres ser tú mismo, si te quieres convertir en ti mismo, si quieres ser este espíritu, la esencia que ya eres en lo profundo de ti mismo, tienes que comenzar así.

Aprende a tener maestría sobre tu cuerpo, tus pensamientos y tus emociones, de forma que no te impidan de acercarte a tu ser, a tu esencia, a tu espíritu. De otra forma, el cuerpo te distrae con sus necesidades, las emociones con sus deseos, los pensamientos con sus demandas. Entonces el camino del espíritu ya no está presente.

¿Cómo hacer? ¿Cómo estás haciendo?
Lo primero de todo, observa cómo tu cuerpo tiene necesidades que intenta a veces imponerte, e intenta encontrar un equilibrio en lo que se refiere a las necesidades de tu cuerpo. Observa cómo los pensamientos circulan en ti y te llevan con sus sueños y consideraciones internas. Detén este tipo de pensamientos. Observa tus emociones y termina con aquellas emociones negativas que te roban la fuerza, la vida, y déjate vibrar con aquellos sentimientos que sean hermosos.
Para esto, debes atreverte a observarte a ti mismo. Si lo haces así, ya no te identificas. Si te identificas con todo lo que es negativo en ti, no puedes caminar hacia adelante. Si lo ves, reconócelo y comprende que es exactamente esto lo que te impide ser. Entonces, ¿Qué debes hacer? No te dejes arrastrar por tu cuerpo, por las emociones negativas ni por tus consideraciones internas. No las sigas, no las alimentes si te has dado a ti mismo el objetivo de ser la esencia, de ser tu mismo. No aceptes la ley impuesta por cuerpo, ni por las emociones negativas, ni por las consideraciones internas. Esto es lo más básico de todo.
No debes creer simplemente en la existencia del espíritu. Ve y busca su realidad. Pero ante todo, reconoce y comprende que tu negatividad te enferma, te hace infeliz y enferma y hace infelices a los que te rodean. Páralo. Es suficiente. Si lo haces así, encontrarás el espíritu, la esencia. Caerás en ella de forma natural.
Lo mismo sucede con el amor. Al principio, no necesitas tener amor dentro de ti, no necesitas forzar nada. Es suficiente con dejar de ser desagradable hacia los demás, hacia lo otro, y sustituirlo por actos de apertura. Debe ser un camino que tenga que ver más con el abrirse que con el cerrarse, con el dar la bienvenida más que con el intentar conseguir para uno mismo. Observa entonces la diferencia en tu vida. Verás rápidamente que lo que está en lo profundo de ti mismo te hablará y te dirá lo que es correcto y lo que no lo es.
Tu cuerpo lo hace ya todo el tiempo. Si eres consciente de tu cuerpo observarás que cuando dices una palabra innecesaria o desagradable, inmediatamente tu cuerpo enferma, o intenta darte una señal para que no lo hagas así, o manifiesta un desorden en alguna parte. Algo en ti se debilita. En cuanto tienes una emoción negativa, o un acto que va en contra de tu esencia, algo en tu cuerpo se destruye, o te reclama y te dice: "Para". Pero como no estás suficientemente sutilizado para escucharlo y sentirlo, continúas. O quizás lo sientes pero vas a visitar a un doctor para que te de algún tipo de medicina para que puedas continuar haciendo locuras. Es así como enfermas cada vez más.
Un simple pensamiento negativo te puede debilitar inmediatamente. Simplemente con un pensamiento y ya te debilitas. Cualquier pensamiento, emoción, acto o palabra negativa te debilita y te enferma. Esta es la naturaleza de las cosas. El ser humano ha sido creado para crecer en amor y en gratitud. Cuando esto no es así enferma.
En cuanto comiences a soñar o a considerar internamente, ¡para! Alguien que haga esto puede despertar inmediatamente. No observes todo este proceso desde una actitud de depresión o rebelión sino desde una actitud directa. La razón principal por la que no llevas a cabo el trabajo es que continuamente te cuentas nuevas historias a ti mismo; todo el tiempo, en vez de simplemente trabajar. ES muy simple. Es necesario que mires lo que es negativo en ti y ponerte enfrente porque está todavía ahí. Cualquier cosa que esté ahí no puede ser ignorada ni debe ser alimentada. No necesitas pensar sobre ello o analizarlo. Simplemente observa y déjalo ir porque si comienzas a pensar acerca de tu negatividad, te conviertes en ello.
Es difícil pasarse todo un día, por ejemplo hoy, intentado permanecer en tu cuerpo, siendo agradable con las personas, manteniéndote en lo correcto (en lo que es necesario), alerta, sensible. Así, cuando observas alguna negatividad, date la orden a ti mismo de parar con ella. La negatividad no tiene sentido. ¿Es esto complicado? Lo que se necesita es tener la determinación de hacerlo y abandonar el sabor que produce dicha negatividad. Un sabor que te emborracha y que te agrada.
De forma que hoy, no importa lo que tengas que hacer, puedes fijarte a ti mismo un objetivo que te lleve en la dirección de convertirte en ti mismo, genuino, abandonando la negatividad que echa a perder tu vida y la vida de los que te rodean. Lleva a cabo este simple ejercicio: físicamente, estate un poco más en ti mismo, cerca de tu cuerpo y sus sensaciones, relajado. Puedes estar en la respiración, en tus movimientos, permaneciendo alineado, con la mirada hacia el frente, escuchando, sonriendo más. Mentalmente, mira tus pensamientos y observa cómo están continuamente intentado atraer tu atención y "sacarte". No los alimentes e intenta estar presente en lo que estas haciendo en el aquí-ahora. Emocionalmente, observa como tus emociones reaccionan con rapidez, casi siempre de una manera desproporcionada y enraizadas en tu personalidad y en la identificación que tienes contigo mismo, en el pasado más que en el evento que está ocurriendo. Equilibra tus respuestas emocionales y ábrete a los sentimientos más genuinos, lejos de "lo personal". Y eso es todo. Ábrete a tener un hermoso día como este. Lleva de vacaciones a tu esencia. Llévala al campo de lo que es bueno, de lo que es más eral, al sol. Sácala de la profunda oscuridad de tus tensiones físicas, de las consideraciones internas y de las emociones negativas. Sé más amable con tu esencia y con la de los demás.
Intenta imaginar cómo puede ser un día así, un día donde nada más es necesario. Sólo estar quieto dentro, contigo mismo y amablemente genuino con los demás, en vez de entrar en tus historias habituales. Déjalas ir cuando vengan y ten un hermoso día contigo mismo y con los demás, con el mundo. Tómate vacaciones de tus historias habituales, con simplicidad.
Pd: evidentemente yo no he escrito esto.
Fotos: Morocco




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