... Huérfano de ti, huérfano de mi mismo.
Negro y profundo vacío, te vas y me dejas aquí sólo, ante toda la inmensidad de la nada y la angustia del todo inalcanzable. Mas, en la profundidad de mi ser, en mi abisal interior, a veces amarillo, a veces rosa, una vez te reconocí. El día de hoy es de un color feísimo, el color triste... ¡valiente hija de puta! se atreve a tirarme en cara, su ausencia des de hace un rato.
Marcho; para no verte, para no oírte, para no sentirte. Voy a sumergirme en el recóndito encuentro de esa pequeña esencia que hay escondida detrás no se que, ¡PACIENCIA maldita!
Negro y profundo vacío, te vas y me dejas aquí sólo, ante toda la inmensidad de la nada y la angustia del todo inalcanzable. Mas, en la profundidad de mi ser, en mi abisal interior, a veces amarillo, a veces rosa, una vez te reconocí. El día de hoy es de un color feísimo, el color triste... ¡valiente hija de puta! se atreve a tirarme en cara, su ausencia des de hace un rato.
Marcho; para no verte, para no oírte, para no sentirte. Voy a sumergirme en el recóndito encuentro de esa pequeña esencia que hay escondida detrás no se que, ¡PACIENCIA maldita!
Foto: Lago de Banyoles, Septiembre 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario