26 de diciembre de 2008
19 de diciembre de 2008
Discover Finley+Quaye!
Ayer era un perseguido que tenía que escapar de la furia del mal; escondido en casas ajenas, persecuciones en coche a toda velocidad, etc. La serenidad vencía al miedo. Sin dudas, movimientos con seguridad y un cigarrillo que cuelga de mis labios entreabiertos. SUEÑO.
Hoy me desdoblo y atravieso puentes que me llevan a lugares mágicos.
Asombrado por el color azul verdoso, caigo por un tobogán larguísimo en una profunda oscuridad. Aun no veo el fin y no hay ya tobogán tan siquiera. Un espacio enorme, sin límites, me alberga sin saber donde estoy. Una voz me dice desde fuera que es un acordeón y que puede transformarse. Así es, empequeñece en un segundo, se vuelve triangular, redondo en un abrir y cerrar de ojos o deslumbrantemente brillante. MENTE.
Atravieso otro puente, un calidoscopio de colores brillantes y gozosos me abrazan fuertemente; estoy bien a gusto, me siento. Mis guías me acompañan. Son dos, pero empiezan a bailar y se unen. ¡Ahora son uno! Dos pasos, un cambio de ritmo y ahora se dividen en mil pedazos. Silencio esquivo y aterrador ante mis preguntas. CORAZÓN.
Por mis manos hay corriente de aire. Dedos tensos, calor, energía. ¡Dolor! Aquí está la salvación. Se juntan madre y padre para el bien único, un puente que une las polaridades, una tregua en la zona media, una fuente inagotable de sabiduría. Se desvanece todo dolor, a merced de mi propio regazo quedo y me reduzco a embrión. Aquí estoy calentito. CENTRO.
En mis manos está la solución.
Finley Quaye
Álbum: Oranges & Lemons
Canción: Maximizing love
8 de diciembre de 2008
des de las entrañas;
profundas, calientes, vivas;
reprimida, callada, ahogada.
Ya no quiero mirar, continuamente,
al espejo;
voy a observar más, por la ventana,
a fuera;
hay tesoros que descubrir y ya conozco,
a Narciso.
Aunque hoy mismo, sentado a mi lado,
me encuentro;
dónde antes de ser yo, viviendo las contradicciones,
de mi polaridad;
vibrando cada poro, sintiendo el calor,
a mí alrededor.
Otra vela se enciende,
descubriendo un poco más;
de esa sombra que se esconde;
aterrorizada en el desván.
Aprieta el ahogo en el pecho,
fuerte;
de un corazón que crece,
intenso;
en esta ola,
rompiendo.
De sueños se vive,
y uno se aprende;
porque vamos uno más,
en la misma;
acariciando sin dudarlo,
quien se deja amar.
Hay primaveras y otoños,
Amma y Sócrates;
panes y pimientos;
la Luna y el Sol.
Deseando la entrega,
que se libra;
reafirmando el amor,
que palpita;
y endulza los colores que pinto...
a cada latido.