Una fuente que brota,
des de las entrañas;
profundas, calientes, vivas;
reprimida, callada, ahogada.
Ya no quiero mirar, continuamente,
al espejo;
voy a observar más, por la ventana,
a fuera;
hay tesoros que descubrir y ya conozco,
a Narciso.
Aunque hoy mismo, sentado a mi lado,
me encuentro;
dónde antes de ser yo, viviendo las contradicciones,
de mi polaridad;
vibrando cada poro, sintiendo el calor,
a mí alrededor.
Otra vela se enciende,
descubriendo un poco más;
de esa sombra que se esconde;
aterrorizada en el desván.
Aprieta el ahogo en el pecho,
fuerte;
de un corazón que crece,
intenso;
en esta ola,
rompiendo.
De sueños se vive,
y uno se aprende;
porque vamos uno más,
en la misma;
acariciando sin dudarlo,
quien se deja amar.
Hay primaveras y otoños,
Amma y Sócrates;
panes y pimientos;
la Luna y el Sol.
Deseando la entrega,
que se libra;
reafirmando el amor,
que palpita;
y endulza los colores que pinto...
a cada latido.
des de las entrañas;
profundas, calientes, vivas;
reprimida, callada, ahogada.
Ya no quiero mirar, continuamente,
al espejo;
voy a observar más, por la ventana,
a fuera;
hay tesoros que descubrir y ya conozco,
a Narciso.
Aunque hoy mismo, sentado a mi lado,
me encuentro;
dónde antes de ser yo, viviendo las contradicciones,
de mi polaridad;
vibrando cada poro, sintiendo el calor,
a mí alrededor.
Otra vela se enciende,
descubriendo un poco más;
de esa sombra que se esconde;
aterrorizada en el desván.
Aprieta el ahogo en el pecho,
fuerte;
de un corazón que crece,
intenso;
en esta ola,
rompiendo.
De sueños se vive,
y uno se aprende;
porque vamos uno más,
en la misma;
acariciando sin dudarlo,
quien se deja amar.
Hay primaveras y otoños,
Amma y Sócrates;
panes y pimientos;
la Luna y el Sol.
Deseando la entrega,
que se libra;
reafirmando el amor,
que palpita;
y endulza los colores que pinto...
a cada latido.
Foto: Font del molí (Borgonyà, noviembre 2008)
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