20 de septiembre de 2007




... explota el día y arranca con todas sus fuerzas, sol deslumbrante y maretón. Frouxeira, playa de Valdoviño, que no lo aguanta, despierto a Lucía y salimos con el desayuno en la boca. Iru no tiene tiempo ni de salir a dejar su particular recuerdo de visita.

Campelo está vacío, un edificio medio en ruinas cuenta los días de soledad. Suposiciones, seguro que esta casualidad no fue más que el premio de madrugar. Olones; grandes, muy grandes y miedo. Aparece Dan, galés. Cruce de vidas. Le echamos huevos y entramos. Los dos sabemos que es lo más grande de nuestra vida. Masas de agua cómo montañas, espumas cómo trenes y revolcones cómo atracciones de feria. Pillo una ola y salgo corriendo. Dan me está esperando emocionado, ha visto la ola y dice que era enorme. Decidimos marchar, realmente, no teníamos valor para aguantar aquello. Unimos fuerzas y vamos en busca de algo más asequible.

Caminos que llevan a pueblos, caminitos que llevan a urbanizaciones, curvas y curvitas; esto es un laberinto. Pillamos la general y tras preguntar 25 veces llegamos a la playa de San Jorge, súper tocada de viento, pero en un extremo le da casi de off-shore. Es difícil hacer el take-off, el viento es tan fuerte que cuando te vas a levantar tienes que cerrar los ojos porque sino se te llenan de agua. Aguanto, bajo la pared y cerrón. No está fácil.

Pasamos la noche en Doniños. Buena elección. Agua potable, duchas, baños... y mazorcones mañaneros. Olas rapidísimas y tubos increíbles. Súper exigente, la verdad que no lo disfruto mucho ya que realmente son olas de otro calibre al que estoy acostumbrado, pero vale la pena seguir intentándolo y ver como los demás se marcan unos trucazos de la virgen.

Va a menos. Nos damos un baño matinal de despedida, se van las olas, se va Dan y marchamos nosotros también de Doniños. Visita calurosa en Ferrol, parece pleno agosto de Mediterráneo, sin duda uno de los días de más calor de este verano.

Respiro y... seguimos el camino. ¿Hacia dónde? ¿Derecha o izquierda? Iru, no responde. Parece enfadado después del castigo impuesto tras vomitar tres veces dentro de casa, no por que esté malo, sino por comer vete a saber que. Tiempos de reeducación y disciplina, se acabo el crédito, aunque no todo es negro, el blanco brilla por si mismo.

20/9/07


Foto1:Campelo, la ola más grande que he surfeado.

Foto2:San Jorge (Xorxe), mucho viento.

Foto3: Doniños al anochecer, no quedaba mucho pero la forma de la ola aguanta siempre.

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