30 de octubre de 2007

...no veo nAdA. ABAndoné mi ventAnA por unos díAs. no se, quizá es eLLA quien me ABAndonó A mí. podríA ser tAmbién, que yo mismo me hAyA ABAndonAdo. ¿?
te hueLo en LA cAmisetA rosA de nuestrA úLtimA noche y duermo ABrAzAdo A ti. te Leo Los LABios en LA cArtA de despedidA y escucho tus susurros en LA ALmohAdA. imAgino tu regreso, me LLenA de júBiLo. pienso un instAnte... pero tu no respondes. por no AgoBiAr, por tAL de mostrAr comprensión, por respeto... me como los desechos de mis iLusiones, Aunque Luego Lo vomite en cuALquier esquinA. tus pALABrAs retumBAn en mi cABezA. eL siLencio que prosigue AchAcA en mi interior. quizá pAsó mi momento, soy Lento de refLejos, nAvegué en un mAr de dudAs y AguAs poco clArAs. intento mAntenerme firme Ante una decisión, pero en esos cAsos, emBriAgAdo, no comprendíA Lo que veíA. no podíA ver ALgo que no existíA en mi registro.
AhorA, pArece que se tornAn los pApeLes. no puedo más que AguAntAr La mirAdA AL sueLo. desnudo. Me quité LAs mAscArAs, eL mAquiLLAje, Los trApos sucios, LA tensión, ... LA vergüenzA, los prejuicios y LA ignorAnciA. postrAdo Ante ti. soy Lo que sientes, fui; AhorA sóLo un recuerdo. no tengo miedo en AsegurAr prosperidAd pArA eL futuro A BAse de unA higiene sostenible. quizá no creAs en mis pALABrAs, pero Aquí LAs escriBo y por mucho viento, Aquí vAn A quedAr. se que no puedo pedir otrA oportunidAd, quiero gAnArlA. LA fe está en mí. eL Amor está en mí.
siento miedo, miedo A perderte. puede que te perdierAs. quizá soy yo eL que me perdí. quizá yA te perdí. perdí ¿?
29/10/07

24 de octubre de 2007






... montado en una ola, salí por la puerta trasera de Portugal, sin hacer ruido ni derramar lágrimas. Dejé la puerta abierta para que cuando vuelva, por la corriente, nadie se de cuenta que alguna vez marché.

Hormigas corren dentro mi cuerpo, parecen prepara su nido en mi corazón. No me molesta su sutil cosquilleo, mas se que por muy hondo que lleguen, moriremos juntos. No se llorar, cuando aprenda no permitiré que nada se apropie de mi alma, los ríos lacrimales se encargarán de que florezca en mi un manto verde.

Parada obligada en Sevilla, cerveza refrescante, tapas reconstituyentes y un abrazo a unos nuevos amigos, Ernesto y Ana. De aquí a Málaga. Macoña rubia enturbia nuestra estancia, sin ser capaz de mirar el reloj, simplemente, estoy presente. Reencuentros y despidos. Mosquitos que pican. Me acerco a la luna. Abrazos. Tristeza, y alegría a la vez. Quedarán para siempre, en mi, los momentos vividos juntos este verano en Asturias. Deseando veros pronto; marxamos. Paré en Villanueva del Rosario para saludar a Fran y a Brenia. Trepé por la roca con Fran, pero no pude coger ninguna estrella, a ellos si les cayó un regalo del cielo esa misma noche. Felicidades.

Pensando ya en llegar a casa, hicimos noche en Valencia. Nos escondimos tanto del cansancio que ni el Chiqui nos encontró, así que, quedamos en intentarlo otro día con más tranquilidad.

Ahora ya en casa, me quito un peso de encima, vacío un llanto ahogado de mi pecho y me lleno de energías, pero no me atiborro para que no me pueda luego el aburrimiento.

24/10/07

Foto1: Alex y Jacobo buscando a la luna.
Foto2: La luna de Málaga.
Foto3: Alex, Leo, yo y Jacobo
Foto4: Fran a punto de empezar a trepar.










Foto1: Faro del cabo San Vicente
Foto2: Almagreira.
Foto3: Carrapateira
Foto4: Tonel.
Foto5 y 6: Ponta Ruiva.
Foto7: Yo, Ana, Ernesto y Paula, en Ponta Ruiva.













... llego a la antípoda “peninsular” de la tierra añorada, Cabo San Vicente. Antes pinté con Fado una noche de nostalgia, a la luz de las velas, en la Esquina de Alfama, en Lisboa. Comimos bacalao, el que correspondía al día en que estábamos, y bebimos un blanco, portugués. Y de camino, al cierre de la noche, encontramos el alma portuguesa. Le cambiamos una rosa por fado susurrado al oído, en la parada del autobús. Guitarras de 12 cuerdas, una vieja bailando con una copa de vino en la cabeza, una familia que cocina y canta, y una Torre de Belem que nos despide, cuál una carabela expedicionaria.

El tiempo nos corre al revés, volvemos al verano, pero sin masas ni crema solar, llegamos al Algarve. El océano sigue de vacaciones y no empuja. Buscando y rebuscando, ni en Sâo Torpes ni en Porto Corvo, llegamos a Malhâo siguiendo “todu derechu”. Pasamos una noche y una mañana, de desengaño y frustración por no querer lo que era, desordenado. De aquí a Ocedeixe, por el camino recogí la desmotivación y la apatía, me quedé con las cenizas de un baño esperanzador. Al día siguiente seguimos intentándolo, pero mi cansancio se hace patente, de nuevo, otra catedral derruida, Arrifana me da una patada en el culo y llego a Carrapateira con un billete para la evasión.

Me deslumbra una luz; intermitente; potente; guía, el Faro de San Vicente. Esquinazo en Beliche y acabamos en Tonel, donde si me da para un baño reconciliador. Noche en Sagres. Por la mañana, un pinchazo del vecino nos lleva a la custodiada playa de Ponta Ruiva de la mano de Ernesto y Ana, por suerte la entrada era libre. Líneas glaseadas con un potente off-shore que me pierde la vista. Giros en vertical, giros al Mediterráneo.

13/10/07

Foto1, 2 y 3: Noche de fado en Alfama, Lisboa
Foto4: Torre de Belem, Lisboa.
Foto5: Praia de Malhâo, ante lo inexplicable, casi.

8 de octubre de 2007






... apuro hasta las últimas cenizas de carbón, después me refugio del frío de la noche dentro de “la maison”. Entre barbacoas y estrellas húmedas hemos pasado un par de días en la península de ensueño para cualquier surfista, Peniche. Los 95000 kms. caen en su honor para ser recordados. La esencia del lugar la captamos, las olas no las vimos, brillaron por su ausencia. Nos instalamos en la recóndita praia da Almagreira, allí quedaba un poco de la magia prometida y aunque rompía sobre unas rocas, mezcle el miedo con la parafina y me desafié a mi mismo. –Demasiado lento, me dicen desde lo alto unas esculturas de arena esculpidas por el viento.

Norah Jones canta para la melancolía mía. Sueño que me abraza el amor mío, sueño con dulces recuerdos, sueño con un dulce reencuentro.

En la praia de Sâo Juliâo, dentro de otro paraíso para surfistas, Ericeira, encontramos la combinación ganadora. Buenas olas, sin rocas, tranquilo, sol y muchas ganas de darse un baño. Fluyo por las olas, me subo al labio y entre giros regalo conocimientos. Al día siguiente desayunamos tostadas, una de cal y otra de arena; -hay que saber aceptar que esto no solo depende de uno mismo, las variables juegan caprichosamente y allí estamos nosotros, rodando a su merced, Paula.

7/10/07


Foto1: Praia de Baleal.
Foto2: Sobran las palabras, Supertubos... de vacaciones.
Foto3: Praia de Almagreira.
Foto4: Vista de Ericeira.
Foto5: Praia de Sâo Juliâo.



... Colores que cuelgan del cielo gris cuando Padre se despide entre líneas antes de ahogarse en el Atlántico azul. Mis manos suenan como campanillas.

Quedan atrás los kilómetros muy deprisa, huimos de los adoquines que nos agitan, de las calles abandonadas y de playas cómo platos. Llegamos a Porto por la tarde, después de un descansito en Vila do Conde. La ciudad vive agitada por los adoquines y las cuestas. Muchas calles se perdieron en algún tranvía de la evolución y se te descuadran algunos conceptos. Asocio algunos detalles con Argentina, para compararlo con algo y así poder clasificarlo. Me trage una sensación intranquilizadora y no me permitió sumergirme de lleno a las autenticas aguas del Douro.

Nos decidimos a dar un paso de gigante, “stop and go” en Figueira da Foz y visita fugaz a la ola de Cabedelo que rompe con alegría ante un tiempo espeso de lluvia. Llegamos a Nazaré, el pueblo, vestido de blanco, nos impresiona igual que nos sorprende la escasez de olas y de un sitio donde descansar. Tentamos a la suerte, apostamos por Praia Salgado y acertamos; sin grandes construcciones que hacen sombra, rodeado de verde y unos pocos luchadores que se atreven con Neptuno al juego de quién pesca a quién, decidimos dar una tregua al velocímetro y unos momentos para el reencuentro.

3/10/07


Foto1: Calle céntrica de Porto.
Foto2: Tranvía de Porto:
Foto3: Praia Salgado.


... pasan los kilómetros con total impunidad. Paula se suma al viaje en Santiago de Compostela. Nos aguantan los días con Lorenzo radiante y noches de luna brillante en las calles de los recuerdos. Sumergidos en su calidez, me imprimo en la piel una pieza de mi puzzle, la que siempre olvido. Los astros se alinean para complacer viejos deseos y un nuevo reencuentro con Marc, y aunque lejos de nuestras casas me pone al día de la actualidad.

Cuando nos disponemos a pintar nuestro siguiente destino, Galicia se nos muestra en su máxima expresión, el agua y el frío diluyen los colores. La playa de la Lanzada esta insípida, Melire hace un esfuerzo para mantener su belleza ante la atenta mirada de las Islas Cies y Patos nos aguarda una ducha fría antes que anochezca.

Amanece con tímidos toques de color y un viento descarado que no repara en distorsionar el trazo de las horas. Decidimos aprovechar la bonanza para cruzar el Miño y adentrarnos a tierras lusas.

Paseamos por las desiertas calles adoquinadas de Viana do Castelo, a cada esquina esperamos encontrar la chispa que encienda la vida a la ciudad, pero el frío le apagó su llama y se ha quedado en casa, con lo que decidimos volver nosotros también a la nuestra.

30/09/07


Foto1: Playa de Patos, enfrente las Islas Cies.

Foto2: Viana do Castelo, ya en Portugal.