M'agradaria que tots posessim el doble de força de voluntat per intentar que l'esperit que empapa aquestes dates no es quedi en vulgars paraules que surten de l'armari de Nadal en Nadal, sino que sigui aquest un cant pel dia a dia per tal que visquem en un "estat" de màgia permenent.
Ya estamos otra vez, los árboles iluminados nos deslumbran com si de un recuerdo del año pasado se tratara, pero no, el tiempo ha vuelto a pasar más rápido de lo que nos habría gustado y el listado de buenos propósitos que nos prometimos cumplir caducó. Es responsabilidad de cada uno sincerarse y preguntarse si sirvió de algo, si queda alguna cosa de los deseos de paz, amor y felicidad que tantas veces repartimos, o si simplemente, se convirtieron en polvo justo en el momento en que empezaban a dibujarse en el aire. En todo caso, ¿son estos unos deseos desfasados en una sociedad impersonal, viciada por el consumismo devastador, en los frios y tecnológicos días en los que vivimos? Ojalá no sea así, ojalá, no sea yo el único romántico que no lo cree así. Trato de creer que detrás de toda la parafernalia de estas fiestas, en el fondo, reside un poco de la eséncia, eséncia humana en definitiva.
Me gustaría que todos pusieramos el doble de fuerza de voluntat para tratar que el espíritu que empapa estas fechas no se quede en vulgares palabras que salen del armario de Navidad en Navidad, sino que sean estas un canto para el día a día para que vivamos en un "estado" de mágia permanente.
Un abrazo muy fuerte, os quiero.
Fotos: escenas navideñas típicas. Familia, "caga tió", regalos para todos, comilonas y risas.